Además de los restos romanos y medievales, Castro cuenta con un buen puñado de edificios del siglo XX que muestran la influencia de los estilos modernistas, además de otras influencias más eclécticas. El arquitecto local Eladio Laredo es uno de los máximos exponentes del estilo historicista que pretendía en el caso de Cantabria recuperar la esencia arquitectónica montañesa. Algunas de sus obras que aún se pueden ver en Castro Urdiales son el Palacio de Ocharán, el mercado de abastos o la Plaza de toros.
Otro célebre arquitecto fue Leonardo Rucabado que dejó su impronta en la villa marinera con el Panteón del Sel en el cementerio, la casa de los Chelines en la plaza del ayuntamiento o el Chalet de Sotileza.